Noche de cello...
Noche, tres de la mañana aproximadamente; la luz apagada, yo en mi cama, todo quieto y en silencio, uno que otro auto se escucha pasar, a lo lejos o a lo cerca, no importa mucho, no duran mucho; invadiendolo todo se escucha un cello entre la oscuridad, en mi pieza, que sólo me contiene a mi y a ese cello que inunda el espacio que quedaba vacio.
Los minutos pasan y los pensamientos van, vienen, huyen y vuelven; me dejo llevar por las curvas que va tomando la melodía, caigo en el sueño, viajo a otros lados, el cello sigue sonando en las infinitas soledades de este rincón mio, sigue la melodia rozando con la piel, entrando por los oidos hasta el alma, hasta los sueños que voy tejiendo.
3 comentarios
Javier -
creo que tengo que hacer una llamada.
Nita, a mi también las cuerdas me han cantado la piel.
Lo que a algunas la guitarra
a otros el cello. por lo que veo. (guardando proporciones)
La que escribe... -
mañana Blues
mejor.
Tomás -
No más cellos, por favor.
Aunque sé bien
(y tú)
que esas cuerdas son de piel
que esas cuerdas son de piel
que son mis venas bajo el arco.
(pero es secreto)